Desde su invención y hasta la actualidad, el telescopio ha ido evolucionando, para ofrecer imágenes más nítidas y poder divisar detalles. Hoy en día, existen los siguientes tipos de telescopios:
- Telescopios terrestres: como su nombre lo indica, son instrumentos ópticos diseñados para observación de paisajes terrestres, así como la fauna y la flora. Pueden ser reflectores, refractores o digitales. Algunos traen un sistema híbrido, que permite además, realizar observación astronómica.
- Telescopios refractores: este telescopio funciona gracias a un sistema de lentes dentro de un tubo largo. En este telescopio, la luz entra a través de una lente objetivo convexa produciendo una imagen que luego es aumentada por a lente ocular. Este sistema es el más antíguo.
- Telescopios reflectores: a diferencia de los anteriores, estos telescopios utilizan un espejo cóncavo en vez de una lente convexa, para recolectar la luz. Su diámetro suele ser mucho más amplio, por eso, son capaces de captar imágenes más nítidas y sin las aberraciones propias de las lentes convexas.
- Telescopios catadióptricos: el sistema de este tipo de telescopio es más complejo, ya que, además del espejo en el objetivo, cuentan con otro espejo secundario y una lente correctora. Por eso, estos instrumentos son de uso más profesional, ya que son muy potentes. Y, por su diseño, suelen ser compactos y fáciles de transportar.
- Telescopios monoculares: este tipo de telescopio se diferencia del resto, por su diseño ultra compacto, tipo catalejo, que se puede manipular con una sola mano. Son ideales para actividades deportivas al aire libre, y te permiten captar imágenes hasta en la oscuridad.